Es así como el narrador de “la maravillosa vida breve de Oscar Wao” describe justamente, a la madre de Oscar Wao. Impresionante:
“una muchacha tan alta que a uno le dolían los huesos de las piernas de solo mirarala.Tan negra como si la Creadora, al hacerla, hubiera pestañeado” Junot Díaz
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