jueves, 28 de agosto de 2008

West End Blues

Escena 1 : Un hombre delgado y de edad avanzada se acerca a un toca discos. Camina con un cigarro apagado en la boca. Al llegar al tocadiscos sube la punta del cigarro hacia su nariz y logra tocarla, entonces, pone uno de los discos agolpados en una vieja estantería. Louis Armstrong. Close up: El disco gira y la aguja va dibujando órbitas perfectas alrededor del disco mientras el hombre da media vuelta y deja el bar. Sólo se ve la sombra del hombre y se ve reflejada en el disco que sigue girando como un trompo de madera.

Escena 2: Un trompo de madera gira al centro de un círculo marcado en la tierra. Seis o siete niños intentan darle con sus respectivos trompos, es decir, con la punta de sus trompos; con clavos y metales puntiagudos. Pero todos caen fuera del círculo en tanto el trompo inicial sigue girando intacto absolutamente fuera de riesgo. Suena un disparo.

Escena 3: El hombre cae frente a las puertas del bar. Las mujeres gritan y Armstrong sigue sonando. ¿El cigarro? Ya está en el suelo, por lo menos medio segundo antes de que el hombre cayera de rodillas frente a las letras pintadas sobre las puertas del bar.

Escena 4: Los niños gritan y corren. Se abren dos ventanas por las que miran mujeres de unos cincuenta o setenta años probablemente y un hombre medio desnudo sale de su casa como si fuera una bomba y no un disparo lo que sonó.

Escena 5: Un tipo gordo, rubio y mal vestido abre la caja del bar y saca unos cincuenta mil pesos. Nadie se da cuenta. El cajero y los garzones están en la cocina marcando febrilmente un número de teléfono.

Escena 6: El dueño del trompo, el niño que lanzó el trompo al interior del círculo está tirado en el suelo y el resto de sus amigos, ya están lejos.

Escena 7: El hombre flaco recoge el cigarro, se acomoda el pelo, se limpia los pantalones y se acerca al tocadiscos. Para la aguja. Close up a manos que detienen la música. Entonces saca el disco y lo guarda bajo el brazo. Desde la entrada llega un silbido. Es el gordo, rubio y malvestido quien guiña un ojo y mueve su mano indicándole la salida.

Escena 8: El trompo gira levemente y comienza a tambalearse hacia los costados. Cuando va a detenerse frente al rostro del niño que está en el suelo se ve una mano que levanta al niño. Y el trompo sale débilmente disparado hacia afuera del circulo donde le espera un zapato café, roto y manchado con barro.

Escena 9: Cómo en los viejos tiempos dice el gordo mientras da unos golpecitos en la espalda del flaco.

Escena 10: Está bien, tres para ti y dos para mi,  pero yo me quedo con el trompo de Carlos, dice el niño mientras se quita el polvo y sacude sus pantalones.

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