miércoles, 20 de agosto de 2008

Me casé con un comunista




Autor: Philip Roth


Título: Me casé con un comunista


Editorial: Alfaguara







A.- Una vez que los aliados bajan a Normandia y los soviéticos llegan a Berlín en la más completa calma, ah, y por supuesto, luego que los norteamericanos sorprendieran al mundo con su juguetito atómico en Japón, la segunda guerra mundial se daba por terminada. Más adelante vendrá lo de Corea y lo de Berlín, o lo de Vietnam y Cuba o lo de Checoslovaquia y Afganistán Pero eso, según dicen los entendidos no era precisamente una guerra, no en el sentido lato y total del término, sino, una pequeña variación etimológica del término, constituyendo las miles de personas muertas en el Vietnam del 68 o en la primavera de Praga, una nimiedad, algo así como una desviación anodina y sin mayor trascendencia para las gloriosas dos guerras mundiales, esas mismas guerras que tanto norteamericanos y soviéticos, enarbolaron como Victorias para el mundo entero. Para la paz y estabilidad del mundo entero.

B.- Craso error: los dos aliados más poderosos durante la segunda guerra, eran por antonomasia lobos vestidos de corderos del pasado siglo. Se trataba de diferencias insalvables, caminos distintos y antagónicos hacia el progreso. Porque ambos compartían la carretera (carrera Nuclear, carrera espacial, carrera económica) pero no la meta. Unos soñaban y los otros más pragmáticos, se aprovechaban de los instintos más oscuros del ser humano. Lo que Toynbee define como instinto de egoísmo. Está claro quienes son los pragmáticos y quienes los soñadores.


C.- En este contexto se desarrolla la trama de Me casé con un comunista. Es un libro que recoge lo peor del período de posguerra y a la vez, hace de toda esa basura ideológica (la del mcartismo y la del comunismo) la médula de una historia vertiginosa e intensa que baja desde lo general de esas ideologías, hasta lo particular, es decir, hacia la carne, hacia los cuerpos y las mentes de protagonistas comunes y corrientes que exudan tensiones como si fueran los responsables del conflicto de los misiles. El personaje principal es Ira, un rudimentario cavador de zanjas educado en el comunismo mediante lecturas guíadas de los clásicos marxistas, y Eva Frame, una artista de gran renombre entre el mundo del espectáculo norteamericano. Obviamente, Eva o produce lo que genera Ira, sus discursos, sus lavativas políticas y su forma de vida, es en esencia muy diferente. Pero se enamoran, se casan y se liquidan.


D.- Ira llega a ser un gran artista en programas televisivos y radiofónicos, gracias a su notable parecido con Lincoln y en especial, por su oratoria ferviente en torno a temas políticos. Es esto lo que lo une indisolublemente a Eva, pero también, es ese, su éxito repentino y descolgado de la realidad –su realidad- la que lo socava, aislándolo de sus camaradas políticos y en reversa, de su propia mujer. El nombre de Ira no es sólo un nombre, es todo lo que es. Y son las conjeturas estudiadas durante seis noches por su hermano mayor, cincuenta años después en torno a su figura, las que darán la clave de su éxito y su hundimiento, o lo que es igual, la comprensión de su historia de vida, que en el fondo y sólo en el fondo, nada tenía que ver con el comunismo ni con la política de hielo de su época.

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