lunes, 23 de febrero de 2009

A la velocidad de la luz

Tengo ganas de que el tiempo sea un libro (un libro como los de Borges; oscuros y llenos de referencias a laberintos y espejos) de modo que pueda, sólo con sentarme en un sillón amplio y reclinado, devorarlo en un abrir y cerrar de ojos. Porque después de todo, eso es la vida: un abrir y cerrar de ojos.



1 comentario:

Paty dijo...

UN ABRIR Y CERRAR DE OJOS... o quizás no tan sólo uno, sino varios, lo que implica tener la oportunidad de decubrir cosas que traen consigo tantos detalles, que es imposible captarlos todos de una sola vez, por lo tanto existe la posibilidad de re-des-cubrir (como al releer un libro) esas caracteristicas que en un momento inicial se nos hicieron imperceptibles, y que -sin embargo- son parte importante para la escencia de las hojas que se suscriben como fragmentos de vidas paralelas.
a veces le temo a la comparacion de la vida como un libro, porque éstos suelen tener finales inesperados o muy evidentes. per no niego que de una sola hoja se pueden desprender cienmil emociones enlazadas en tan solo un par de minutos, pero si cayeramos en el detallismo absoluto, los libros no deberian tener menos de 500 paginas, no crees?
quizas para eso existen los poemas, para desviar detalles y centrarse en la intensidad de las palabras conjugadas del modo perfecto para dar un sentido a todo.

seguramente nuestro viaje al sur sólo podria ser descrito a través de poemas, a través de emociones y sensaciones que afloran independiente de los recuerdos permanentes. a veces siento que describiendo queilen (lugar de la fotografia que pusiste), las palabras se hacen escasas e insufucientes, incluso con los colores de cada escernario(por llamar el paisaje de algun modo), porque ese azul no era el azul que conozco, ni el color del cielo ni del agua ni de la arena ni de las nubes ni de los barcos...


gracias por hacerme parte de esta linda historia, cuyos detalles podran ser secretos jamas contados -pero sí imaginados- en la historia de algun libro.
TE AMO.