sábado, 7 de enero de 2012

Una canción y un viaje a otro tiempo.

escalera

A.- No hay tema más hermoso que In a sentimental Mood. Ver el humo, sentir el humo, comer el humo, tragar y alimentarse del humo que deja el tabaco mientras suena In a Sentimental Mood no tiene precio.

B.- Una tribu de Sudan, los mas negros entre los negros, los azules y morados hombres de Lenni Riefenstahl tocan sus tambores mientras sepultan a uno de ellos bajo el suelo de sus hogares. Entonces alguien llora, porque aunque parezca irreal en África también lloran.

C.- En Nueva York en tanto, llegan italianos, belgas, gitanos y lógicamente esclavos procedentes de territorios azotados por la mano levemente visible del imperialismo. Algunos lo plantean como un sueño, pero los mas lucidos saben que es una pesadilla. John Dos Pasos redacta las primeras líneas de su Manhattan Transfer.

D.- Los edificios respiran, roncan e incluso lloran. Las mamparas y los escaparates sirven de vez en cuando como prolegómenos de la muerte. Adentro en los salones henchidos de humo las mujeres coquetean junto a un piano y los hombres, miserables como siempre (desde que desataron la guerra, la cólera y la amargura de vivir) intentan escapar de todo lo que no pueden dejar atrás. Unos piensan en sus mujeres, en esas que verdaderamente tienen y también en las que no tienen. Sobretodo en las que no tienen.

E.- En Santiago 1917, los abuelos vestidos de niños, peinados como niños y balbuceando palabras como niños, juegan con soldados de plomo sobre mapas gigantes de Europa. Unos dicen ser alemanes y la gran mayoría asegura pertenecer al bando británico. No más del cinco porciento sonríe cuando llegan noticias desde esa lejana Rusia que se convierte paulatinamente en un nombre simbólico.

F.- Todo ocurre de acuerdo al plan original. Unos corren, otros se detienen en la plaza de armas a lanzar migas a las palomas. El cielo es gris y algunos rincones del centro de la capital aun huelen a tierra mojada. Es el cuarto minuto de la canción mas bella del mundo, el cuarto minuto de una opera que solo Ellington podía crear y para cuando llegue el sexto minuto y la canción mas bella del mundo acabe, los abuelos vestidos de niño desaparecerán en el letargo de la historia, los edificios darán paso a vagones destemplados viajando hacia ninguna parte y los negros mas negros del mundo seguirán llorando del mismo modo que los soldados de plomo dejan el tablero y ocupan puestos de avanzada en el fin del mundo.

No hay comentarios: