miércoles, 31 de agosto de 2011

Mi música.

Eddie Vedder He encontrado el volumen justo. Ubiqué la barrita un milímetro más allá de la mitad, un milímetro hacia la derecha quiero decir, un poco después de ese ecuador imaginario que fijamos con la mirada para medir nuestra propia inexactitud. Entonces, con ese paso listo la música suena no desde afuera como siempre sino desde adentro, como siendo connatural a los oídos. Los audífonos eso sí, tienen que estar bien puestos, especialmente si lo que se quiere es caminar por la calle o pasear por los laberintos que suelen ser nuestros espacios comunes, sintiendo que reemplazamos la molesta voz de nuestra conciencia con esa carencia absoluta de lucidez, que es final y fatalmente, la música en su estado más puro.

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