lunes, 23 de abril de 2007

Sin luz.



Quien dice que la ausencia causa olvido
merece ser de todos olvidado.
El verdadero y firme enamorado
está, cuando está ausente, más perdido.
Aviva la memoria su sentido;
la soledad levanta su cuidado;
hallarse de su bien tan apartado
hace su desear más encendido.
No sanan las heridas en él dadas,
aunque cese el mirar que las causó,
si quedan en el alma confirmadas.
Que si uno está con muchas cuchilladas,
porque huya de quien le acuchilló ,
no por eso serán mejor curadas.
-Juan Boscan-(poeta español, siglo XVI)



Cuando casi al llegar a mi casa, me olvidaba de la misma llegada de todos los días, comprendí que ese cuasi olvido, es decir, esa amnesia frustrada de primer grado, era en realidad la contrapartida necesaria para el recuerdo. Sin ella, no habrían deslumbramientos al ver aparecer la noche, en la falta de luces.
La luz estaba cortada y el olvido de olvidarme de la noche anterior, hizo que recordara que jamás, o pocas veces he visto la noche de frente. Siempre están las luces, las de los autos, las del alumbrado público, las de las casas. Cuando no hay nada de eso, recién ahí, puedes ver la noche.
Desde luego me imaginé en el campo. Los lamparines, los chonchones, los hombres recorriendo los predios con antorcha tras algún ausente. Y ellos conocen la noche, día a día, van mirándola a la cara como si fuera un cuervo bohemio y movedizo. Entonces, prenden fuego para que se aleje.
En esta ciudad, sin embargo, nadie cree en la noche, ni como letargo, ni como el momento perfecto para dispensar pasiones. La noche, hoy, es una ausente, una olvidada en el techo de una casa, donde se reponen estrellas con un foco de 100 wats.

Caminar en medio de la noche, en medio de la ausencia, pero no del olvido, es viajar al mundo de los sueños negros de la infancia. Los colores deslavados provocan esa fascinación que puede sentir un suicida entumido por la escenografía perfecta, para una muerte eternamente aplazada. Fue así como me sentí, como el más optimista de todos los suicidas. Al fin recordé que nunca antes había caminado en medio de la noche.





3 comentarios:

Paty dijo...

siempre me llamó la atención la noche en el campo... siempre que pienso en "noches" recuerdo esa vez en que la sentía por sobre mi cabeza, era todo un cielo (recien ahi conocía la expresion de un cielo infinito) de estrellas para contemplar.
era tan oscuro todo, que de seguro caminar costaba un poco, pero la noche nunca es suficientemente noche, y siempre esta esa luminosidad caracteristica aun a falta de luna.
conoces mi pasado de exploradora... y tuve muchas de esas noches. sin luces, donde llovian estrellas literalmente, donde la luna alcanzaba su mas grande resplandor en un misterioso bosque que quedaba desnudo con ese tipo de iluminación, donde las sombras cobraban otro sentido, y otro color...
aun me quedan muchas noches por conocer y re-conocer... quiero enseñartelas todas, quiero que diferencies su oscuridad y plenitud, quiero que sientas ese torbellino de estrellas a pocos centimetros sobre ti, como sentir que la noche te traga en una bocanada de oscuridad, quiero que intentes levantar el brazo y bajar estrellas... porque te aseguro que lo lograrás, pero tienes que estar ahi conmigo para enseñarte el secreto

debajo de la luna dijo...

Creo que una de esas nohes seráen san pedro... otra en humberstone, descubriendo con ellas los caminos que recorre sa historia..
Valle de la luna yesas estrella que caen hacia nuestras caras.. Humberstoney sus friasnochesque se abragan en las estrellas..

creo que ahí se encontrarán unas buenas noches...

**en el silencio de aquellas noches se pendrn aquellos faroles que nos ilumna, precisamente viene cargados de una luz celestial...

y conun café más perfecta son las noches... asi es posible amanecer..

Paty dijo...

qué hacía yo aqui, hablando sobre lo que no queria traducir-te...

era mes de abril, hace 3 años... y hablabas de un suicida optimista.
(triste y vago)