sábado, 21 de abril de 2007

Hasta que amanezca


La mano desapareció en el primer nocturno. En la radio, Roland Dyens.
Sonaban veinte letras, el disco estaba terminando y la penúltima canción era un arreglo a Julia Florida de Barrios. Comencé a recordar a mi abuelita. Recordé cuando mi primo escribió una carta de despedida en su funeral y desde entonces, esa, la canción más bella escrita para guitarra, retrocede a los años más felices de mi infancia. Mi primo y yo hurgando en cosas de grandes, mientras mi abuelita nos regaloneaba con galletas con manjar, y un par de buenos sandwish.
Al terminar esa canción, comenzó a sonar la letra número veinte "a monsieur Messiaen" y cómo no, una pieza dedicada al genio Oliver Messiaen. Un poco más repozada y sobre todo, muchísimo más apegada a la norma musical, la canción tenía ese minimalismo tan extraño de la primera mitad del siglo XX. A veces, sonaba a Debussy, pero a un Debussy que pasaba de su impresionismo monotemático a colapsos mentales. Una catatonia, giros sinápticos.

Desde el cerebro nacen, las ideas, desde el cerebro nacen, los impulsos, desde el cerebro nacen, los movimientos, desde el cerebro nacen, digan lo que digan, las pasiones. Y yo quería reventarme la cabeza.

Prendí la luz, la lámpara una vez que se enciende, asciende en luminosidad. Al comienzo, un poco tenue, es casi lo mismo que el brillo que da una vela en una casa gigante. Luego comenzó a iluminar más, pero no del todo. Me levanté de la cama, saqué el disco de Roland Dyens y busqué a the beatles. De los tres discos que tenía, me quedé con uno de los más extraños: Magical Mystery Tour. Lo dejé correr o tal vez, girar, en definitiva, sonar.

Volví a la cama y apagué la luz antes de que llegara a su cenit. Apoye mi cabeza contra la almohada y cerré los ojos. El primer tema, magical mystery tour, sin duda, era algo absolutamente acongojante. Era alegre y de una festividad proclamada, pero también declamada. Un viaje a la tierra de los misterios, como el de Lewis a la tierra que visita Alicia y me parecía ver al mismo conejo infernal y a ese gato hecho de oscuridad, colarse en la visión de una estepa sin fronteras. Me imaginé en Mongolia, en el punto donde la tierra se acerca a la creencia medieval de un plano extendio entre el cielo y el infierno. Había muchísimo pasto y el viento lo movía en vaivenes insesantes. De un momento a otro, aparecía una bola de color rojo. Era como un punto en el horizonte que bajaba hacia mi.

Penny Lane. Otra canción con nombre de mujer.

Pasé de largo Your mother should Know, y Strawberry Field forever, tal vez eso fue en el momento que pensaba en que todo era como un enorme campo abierto. Nada de fresas, sólo pasto y una bola roja girando adelante. Asi que sin darme cuenta, mi conciencia se inscribió en los lindes de las canciones y los sueños. Eso, hasta que comencé a asfixiarme.

Después de haber dormitado un par de minutos nuevamente, desperté con una extraña sensación en mi brazo derecho. Resultó que no lo sentía. Estaba como muerto, aplastado por mi cuerpo, sesenta y tantos kilos aplastando mi brazo. Y me desesperé, me volví medio loco, porque no comprendía. Nada de lo que me pasaba tenía sentido, todo era aun más grave. Creí estar desvaneciéndome de a poco, sentí mi cuerpo como una fotografía que el paso del tiempo termina carcomiendo. Mi cabeza estaba nublada, se trataba de un humo espeso que poblaba rincón a rincón, con una pasmosa aura de infelicidad, cada segundo que pasaba entre cada segundo.
Entonces vinieron los saltos, los espasmos, los nudos en mi cuello, las imprecaciones contra mi vida. La escena me resultaba familiar.

¿otra vez en ese lugar? Cuando logré tranquilizarme, presté otra vez atención al disco, estaba terminando. "All you need is love"

2 comentarios:

Paty dijo...

all you need is love

me encantó tu escrito, pero me detuve en la ultima frase (pasando de largo los inevitables recuerdos de infancia y las canciones de los beatles que hace poco sonaron cuando podía abrazarte libremente)
todo lo que necesitas es amor, y para variar pearl jam y love boat captain también sonaron... sobre todo esa parte en la que vedder repite suavemente para cerciorárse de que sea bien entendible lo que está diciendo: love.. love...
por ahora sólo puedo encontrarle la razón... no sabía que lo unico que se necesitaba para dejar de sentirse de esa forma era AMOR.

por suerte hoy lo tengo y lo doy, lo tengo y lo doy, lo tengo y lo doy... y me gusta lo que siento

debajo de la luna dijo...

Creo que a veces las parecepciones nos engañan... Siempre cuando estamos soñando se puede interpretar unas serie de hechos que aparecen como ilógicos. A veces esas cosas llevan a que nuestras noches se eternicen en un sin-sentido de desventuras, otras-creo que las menos no por eso mínimas- nos llevan al extasis... esa fue una de aquellas para olvidar...tu sabes todo tiene sentido....

ummm aunque lo de la crisi de pánico debe ser bien evaluada y bien ciudada...

Otros días podrás tener otros sueños, sueños que te lleven necesariamente a amanecer..