lunes, 31 de mayo de 2010

Llamadas Telefónicas.

sueño

Uno: Pienso en llamar o en no llamar y luego pienso en cortar o no cortar.

Dos: Ha sido el día más helado del año. Me dolían los huesos, extrañé mi tazón de café y me compré una barra de chocolate amargo que termino dándome náuseas. Ahora estoy acostado, escribo desde mi cama y mi alegra que a la semana le queden solo tres días y no cinco. Mañana me alegraré un poquito más. Serán dos.

Tres: Así se llama un poemario de Bolaño: Tres. Y Bolaño no era buen poeta, pero ese poemario trae buenos poemas, esencialmente uno que acabo de leer. Creo que todos los poemas que tienen que ver cercana o meridianamente con la lluvia, están destinados a ser buenos poemas. “No tenemos dinero, pero tenemos lluvia” diría Bukowski. Una lluvia de cerveza.

Cuatro: Hoy me costó Levantarme. Simplemente no quería ir al colegio (lo siento, si a alguien hiero con este comentario, permítame la licencia del cansancio) y hacerlo poniendo un pie en el suelo a las 5:45 a.m. me parece una tortura tan grande como fue la batalla de la Somme para los alemanes. Obviamente dramatizo ¿Qué se yo de la guerra y sus campañas?

Cinco: Hay cosas que rescato. Un par de sonrisas, las respuestas correctas de un puñado de estudiantes, las conversaciones relajadas y fuera de protocolo con otro profesor de historia, las canciones gruesas –y delicadas al mismo tiempo- de My Morning Jacket, y el momento en que sueño despierto con el mirador del Parque Nacional Cucao, el cual recuerdo desde adentro y desde afuera como si tuviera la posibilidad de mirar los recuerdos desde otro y desde mi. Pero no es metáfora: así fue. Un día miré desde arriba y vi árboles y otro día miré desde abajo y me vi en medio de esos árboles. Arriba, el mirador me miraba como un sonámbulo feliz.

Seis: Pienso en llamar. No es tan difícil, después de todo dudo que me contesten.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hoy habria contestado... si es que lo hubieras intentado.

paty